Breve historia de las primicias
Muchos de ustedes seguramente recuerdan dónde estaban el día que leyeron algún reporte mío, pero no se imaginan dónde estaba yo.
Eran las 10.34 pm de la noche cuando el 28 de mayo de 2020 publiqué en mi cuenta de Twitter una noticia que alcanzó 30 500 likes y más de dos millones de interacciones unas horas más tarde. Aquel reporte explicaba que David Price pagaría de su bolsillo a los jugadores de Ligas Menores de Los Ángeles Dodgers durante el mes de junio.
Dos cosas, creo yo, impactaron para que esa primicia se convirtiera en una revelación nocturna del deporte:
Eran los peores tiempos del Covid-19 y los dueños de equipos de MLB negaron pagos a jugadores
David Price no había disputado un partido de Grandes Ligas con los Dodgers.
Yo esa noche venía de hacer Uber Eats. Hice creo que 37 dolarés en tres horas. Días antes había perdido mis trabajos de reportero y escritor en Las Mayores y CiberCuba.com.
La primicia fue el número 22 de 25 en la lista de Trending Topics de Twitter.
Alex Cora, Dallas Braden, Kevin Pillar, Jon Heyman o Buster Olney retweetearon aquel reporte.
Yordan Álvarez regresa. Yuli Gurriel pega HR (Spring Traning)
Lo primero con las primicias es que son cosa de las redes sociales.
El fenómeno no nació, pero sí se desparramó con ellas. Aunque ya en el Moneyball de Michael Lewis se relata al periodista y reportero Peter Gammons llamando a la oficina de Billy Beane —durante un Trade Deadline— en busca de la noticia de primera mano, un relato que hace referencia a un hecho del año 2002.
Por cierto, Peter Gammons me siguió aquella noche.
El gesto de Price fue de lo más esperanzador que tuvimos en aquellos primeros días oscuros de pandemia.
Sin embargo, las primicias nunca paran. No entienden de nobles gestos o hazañas de fábula.
Meses antes reportaba la salida de Yoelqui Céspedes (junio 2019) desde un Starbucks. Otras noticias exclusivas me han tomado por sorpresa en los momentos más impensados. Por ejemplo, en el famoso acuerdo entre Cuba y MLB (diciembre 2018) veía una película cuando sonó mi teléfono.
Varios medios se hicieron eco de aquel reporte, pero ni siquiera me citaron. Sucede así cuando no has implantado el necesario recorrido de años que supone que te tomen en cuenta.
La espectacularidad de estos reportes no dicen nada sobre la realidad de las personas que los materializan
Recuerdo que el día de la salida del “Ohtani cubano” Oscar Colás (enero 2020) me encontraba en un parque. Horas después, el reportero nacional de ESPN Jeff Passan hizo el tag en Twitter a un Francys Romero equivocado. En otras como en la firma de Yasmany Tomás con los Nacionales de Washington (noviembre 2020) repartía comidas para un restaurante como “partime”. En lo que yo entregaba bolsas en condominios, Jesse Dougherty de The Washington Post me citaba como “primer reporte”. Me enteré de la mención de Dougherty en Twitter mientras entregaba un encargo de “sándwich y coca cola” en el sur de Miami.
Ahora, mientras repaso estos recuerdos y los comparto con ustedes, recuerdo que mis primeras primicias en Twitter no eran ni siquiera vistas. Datan de 2016. Usted mismo puede revisarlo.
En septiembre de ese mismo año alguien me llamó de la República Dominicana contándome que el pitcher Norge Luis Ruiz firmaría con Oakland por 2 millones de dólares de bono. Yo trabajaba en un warehouse para ese entonces. Era un laundry que surtía a las aerolíneas, mi único sustento. Por lo que guardé el teléfono inmediatamente.
El mánager era un holandés que con anterioridad había despedido a personas que usaban el teléfono en jornadas de trabajo. Era miércoles. Pensé que me daría tiempo llegar a casa de mi prima, donde vivía, y publicar la noticia. Pero llegué tan tarde y cansado que me olvidé.
Pasó todo el jueves y la mañana del viernes. Al mediodía abrí Twitter mientras tomaba el “brake” de los 15 minutos y cuando leí la noticia de Ruiz firmando con Oakland se me dilataron las pupilas. Me estaba comiendo una manzana en ese momento.
¿Recuerdas uno, varios o todos estos momentos? Me encantaría enriquecer este relato con una vivencia tuya. Saludos:
Francys