En la madrugada de este sábado 28 de agosto conocimos la noticia del fallecimiento de uno de los mejores peloteros que han pasado por la provincia cubana de Pinar del Río: el ex-torpedero Giraldo González.
Para algunos “El Giri”, para otros “Maravilla”, siempre será recordado por aquellas jugadas infinitas durante la década de los 80 con los Vegueros de Pinar del Río, su bate de contacto en la franja de los .270-.290, su gesto inolvidable en aquel jonrón de Agustín Marquetti durante la final de 1986. Al pasar por la segunda base con la invasión de terreno más grande del béisbol cubano, Giraldo tuvo tiempo para estrecharle la mano a Marquetti en medio de todo el frenesí.
Giraldo murió de COVID-19, esta pandemia universal que ha matado más de 4 millones de personas.
El “Giri” murió en su Pinar del Río que tanto amaba y defendía. Luego de su retiro fungió como entrenador y formador de jóvenes prospectos. Entrenó a muchos de los peloteros que luego brillaron en los campeonatos nacionales con el “Tsunami”. Uno de estos fue su hijo, Luis Giraldo. No jugó más de 5 Series Nacionales ni fue un pelotero estrella, pero dejó su huella también en el Capitán San Luis con un imparable en postemporada que es recordado porque supuso la jugada del out final en home con Mijaín Rivera.
Giraldo fue además uno de los mejores amigos de mi padre. Nunca olvido sus visitas a nuestra casa en Santa Clara cuando yo era un niño. En infinidad de ocasiones mi papá me cargaba en las grada y me entregaba a Giraldo que me tomaba desde el terreno en el Sandino y así fue como comencé a ver juegos de béisbol en el dugout de un estadio.
Quizás fue ese mi primer recuerdo de conexión real con este juego y en el cual estuvo involucrado Giraldo.
Recuerdo una de sus últimas visitas a Santa Clara. Era el mánager de Pinar del Río en la Serie Nacional 51. Estuvimos hablando horas y horas fuera del estadio Sandino luego de un partido.
Nos hablaba sobre un arreglo pendiente a su carro, mi papá le iba a ayudar con una piezas, creía que el equipo de Pinar daba para más, nos comentó sobre el refuerzo de Alfredo Despaigne con los verdes y varias cuestiones más que ahora se pierden en el recuerdo.
Giraldo es una de las personas más humildes que he conocido. Estoy seguro de que su legado sobrevivirá entre todos los que siempre han amado el juego y a los Vegueros. Algún día tendrá que retirarse su número 2, proyectarse sus imágenes, revivir memorias de uno de los grandes seres humanos que pasó por el béisbol.
Por el momento, te seguiremos viendo en los Campos de Sueños. Siempre en nuestros corazones, el gran Giraldo González.
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